DEFENDIENDO LA DEMOCRACIA
Si de verdad vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo a toda costa.
Gilbert Keith Chesterton
Cada día que pasa, un gran número de mexicanos radicados en el Distrito Federal se suman a la inconformidad de los bloqueos del Paseo de
Habría que recordar que el pueblo mexicano está en un momento de innegable importancia histórica, en los últimos años grandes fraudes como el del FOBAPROA, el error de diciembre e injusticias como los desalojos de Atenco nos caracterizaron como un pueblo sumiso e ignorante que podía aceptar cualquier tipo de atropello realizado por los gobiernos que supuestamente elegíamos democráticamente. Y no es de asombrarse cuando el último movimiento masivo y legítimo fue reprimido a punta de balas con tal fuerza, crueldad y derramamiento de sangre que silenció esas voces durante más de 30 años.
Los conteos ordenados por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de
Estas incongruencias están a la vista de todos y son hechos, no suposiciones. Sin importar cual filiación política tengamos, es apremiante defender nuestro sistema electoral y democrático a como de lugar. Puede parecernos algo inofensivo que haya existido fraude en algunos distritos electorales o casillas, pero no está en juego la reputación de un candidato o partido político, está en juego la forma en que los mexicanos construiremos nuestra democracia, la forma en que decidiremos cuales de nuestras instituciones siguen siendo parte fundamental del sentir de nuestra nación.
El problema por el que atraviesa nuestro país no es un plantón en Paseo de
No podemos llamar violentos a los defienden la democracia de la que algún día gozarán los que vienen, solo hay que recordar que hace unos meses un pueblo como el francés, alzó la voz hasta quedarse afónico cuando se cometió un atropello racista. Francia, país de primer mundo vivió momentos graves de resistencia civil, en la que su pueblo le demostró al gobierno que pesan más los que eligen, que los elegidos.
Hace algunos días un columnista estadounidense publicó que le hubiera gustado ser mexicano para pertenecer a un pueblo que reclama los atropellos al sufragio efectivo. Reclamo que en Estados Unidos nunca pasó a mayores ante la imposición fraudulenta de George W. Bush. Estemos orgullosos de aquel que a pesar de tener todo en contra sigue ahí, en aguas turbias y peligrosas, arriba del barco que esperemos algún día nos lleve en camino directo hacia la democracia.
No estrechemos el andar democrático a cualquier filiación política o propuesta económica y social, como mexicanos tenemos el derecho y
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